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sábado, 17 de agosto de 2013

VUELVE A CASA POR NAVIDAD


VUELVE A CASA POR NAVIDAD

 

Llevaba ya casi una semana sin salir de la mansión. Aun no tenía muy claro como logré recuperar mi hogar pero allí estaba, sentado en el sillón de mi despacho a la espera de que la cosa se calmase. Suponía que tendría que darles las gracias a mis ancestros, pero no lo haría. Conociéndolos como yo me conocía a mi mismo, si ellos hubiesen influido mínimamente en algo habría sido para que no cayese la mansión, último baluarte Ravnos del territorio, pese a que nos perteneciese desde los primeros tiempos. Pero eso era un tema extenso que ya os contaré…

 

Pues bien, volviendo a la historia que nos atañe, llevaba ya 6 días encerrado sin intención de salir, por el momento. Aún me quedaba alimento para una semana más y lo iba a exprimir hasta la última gota.

Pero ya me estaba recuperando. De hecho, este era el segundo día que descansaba bien y ya me sentía casi perfecto. La primera noche que logré entrar en la mansión la dediqué exclusivamente a explorar los alrededores, el extenso jardín y las fachadas, puertas y ventanas del edificio.

 

Ese primer día me obligué a no caer en trance a base de fuerza de voluntad. Lo dediqué a explorar el interior de mi hogar me llevé una desagradable sorpresa: los bastardos se habían colado por la única ventana que no estaba protegida. Dicha ventana era la que pertenecía al antiguo cuarto de Roderick. Tras su muerte todo había ocurrido tan deprisa que se me pasó por alto protegerla.

 

En ese momento no me paré a pensar en como habían logrado entrar por el único sitio que estaba libre de trampas.

 

Pero en muy poco tiempo lo descubriría…

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