Tras el fino manto de lluvia pude
apreciar sus rasgos a la perfección...si, era ella. Por fin...
Aun sentado en el viejo y destartalado
muelle observé sus gráciles movimientos por encima de las maderas en
descomposición... se veía perdida, sin nada a lo que agarrarse, despojada de
toda felicidad y, quizás, deseando al igual que yo el tener la suerte de poder
encontrarnos aquí.
Esbozando una sonrisa que más tenia de
melancolía que de felicidad, comencé a incorporarme, no sin esfuerzo…demasiadas
horas de espera, demasiadas noches perdidas…
Alcé la cabeza muy lentamente observando
su simple vestido empapado y las formas que se dejaban entrever.
“muy
poca ropa para este frío…” me atreví a pensar
Pues eso era lo único que mi cerebro me
dejaba ahora que nuestras miradas estaban prendidas, ardiendo con la llama que
hacia tiempo parecía extinta y que ahora resurgía gracias al alimento de
nuestra presencia, tan cerca……..
Me acerqué a ella con pasos temblorosos,
esperando que fuese real… solo esperaba poder tocarla, que no fuera una ilusión
de mi maltrecha mente.
-Date la vuelta- dije con la voz casi rota y
apagada por la lluvia
Sin mediar palabra me miró sin comprender
y se giró dándome la espalda. Por un segundo temí ese momento…ella dándome la
espalda y huyendo de aquel lugar.
Respirando profundamente me acerqué a
ella y junté mi cuerpo con el suyo abrigándola con mi gabardina, mojada por
fuera pero seca por dentro
-¿Recuerdas?
Un temblor recorrió su cuerpo y entonces
comprendí que no era frío lo que sentía sino un placer infinito, el saber que
estaba junto a mi otra vez…
La vida es un ciclo… todo se vuelve a
repetir. Un dèja vu? Puede ser…pero te aseguro que aprovechare cada segundo
junto a ti mi vida….
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