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jueves, 6 de septiembre de 2012

¿Crees en el amor?


Entre dos dunas, Nekoríe, con un vestido de verano de seda azul grisáceo y sus cabellos rojos como el fuego mecidos por el viento, se concentraba en un folio en blanco. Parecía no encontrar la conexión de su mente a su mano

 

-Anda, ven, no te quedes ahí parado- comentó sin desviar la vista del papel.

 

Una vez más volvía a sorprenderme. No había hecho el menor ruido y aun así sabia que me encontraba presente. Como leyendo mis pensamientos dejo la pluma con la que estaba intentando escribir y giro la cabeza hacia mi.

 

- tu "perfume" te delata, cariño.

 

Esboce una sonrisa y me senté detrás suya abrazándola.

 

-¿Qué haces?-pregunte curioso. El haberme citado aquí en medio de la nada con el peligro que conllevaba, bien merecía esa pregunta.- solo espero que no nos hayas puesto en peligro solo para poder escribir tranquila.

 

Me acerque hasta su cuello y le di un pequeño mordisco en el lóbulo de forma juguetona.

 

-intento concentrarme pervertido- susurro a la vez que ladeaba la cabeza con un aire de falso enojo y fruncía el ceño.

 

Tras unos instantes de silencio suspiro profundamente

 

-¿crees en el amor?- me dijo poniéndose seria al momento.

 

-¿eso es lo que intentas escribir?

 

-Necesito tu opinión.

 

Me quede pensativo unos segundos intentando definirlo de la mejor manera, mientras mi mirada se perdía en el firmamento cuajado de estrellas

 

-antes de conocerte veía el mundo como algo oscuro e insustancial. Solo intentaba sobrevivir por puro egoísmo. Pero claro, fue antes de que entraras en mi mansión...ahora solo vivo por ti, por verte sonreír, por saberte feliz y segura bajo mi protección. Soy consciente de que no es eterno, y mucho menos en los mortales... pero me temo que sí, que creo en eso que llamáis amor... y tu tienes gran parte de la culpa.

 

Y así nos quedamos, minuto tras minuto, consumiendo la noche... sin saber que decir pero comprendiéndonos con la mirada. Frente con frente, sin nada de por medio. Una sonrisa se dibujo entonces en mi rostro. La sonrisa del que se sabe el ser mas afortunado del mundo teniendo lo que tenía delante...

 

Ay...si mi corazón volviese a latir...pero esa era la magia, latía sin latir, volvía a sentirme humano y vulnerable a su lado.... y acercándome casi temeroso fundí mis labios con los suyos, como si fuera el primer beso... si, definitivamente volvía a creer en el amor...

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